lunes, 1 de febrero de 2010

Honey, I'm home.

Mi casa soy yo. Si ella está desordenada, mi cabeza está desordenada. Si está sucia, yo me enojo con el mundo. La falta de organización, la mugre, los bichos, los problemas hogareños, se transforman en mí. Siento que si tengo mi casa como siempre la soñé, seré feliz, y estaré libre. Mientras tanto tengo una soga atándome. Quiero sentirme bien conmigo! Y sólo depende de mí. Pero cuánto más desorden hay, más paja me da arreglarlo y peor me hace.
Se me quemó una lamparita, y tengo que comprar otra y cambiarla. Nunca cambié una lamparita. Hay veces que no entiendo... Es la misma persona la que se encarga de esta casa, que la que no para de reirse cuando se pone en pedo todos los sábados a la noche? Es la misma persona la que compra un vestido, que la que compra sillas? No sé juntar las dos. De la misma manera que tampoco sé dividir mi sueldo. Tendría que ser mitad para mejorar mi casa, y mitad para mí. Pero pospongo mi casa. Será miedo? Siempre está en todos lados ese hijo de puta. Siempre es la respuesta... Como echarle toda la culpa a tu vieja de tus problemas mentales (igual la tiene).

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