viernes, 9 de diciembre de 2011

Piernas


Qué difícil es creer que uno puede hacer lo que hacen los demás. Me costó tanto decirme a mí misma: 'Si él puede, yo también puedo'. La tela me enseñó que con perseverancia se pueden lograr cosas increíbles, pero aún así el ser como otra persona sigue estando lejos, siempre lo que hacen los demás es mejor que lo que hace uno. Y la belleza... Oh, la belleza. Un tema tan tonto, insignificante, y a la vez tan importante para las mujeres. 'Ella siempre va a quedar mejor haciendo eso porque tiene piernas largas'. 'A ella le queda mejor la ropa porque es más flaca'. Cómo cuesta luchar contra eso, siempre hay un día cada tanto que una cae en la tentación de odiarse a sí misma y creer que no vale la pena.
Estar tan alto es una mezcla de miles de sentimientos. Recuerdo cuando no podía ni subir un escalón, cuando no podía ni balancearme, y de un día para el otro empieza a salir todo, cada vez sale mejor, y así uno va creciendo y se va dando cuenta de todo lo que avanzó. Arriba también está el miedo. El horrible miedo; el miedo que te sabotea; el miedo inútil que te lleva a pensar que no podés, que es peligroso, que algo puede salir mal. El miedo, angustia, impotencia, culpa, que me genera acordarme de ella. De mi compañera. Ella se cayó. Se cayó. No puede usar más las piernas. Las piernas. Y era mi compañera, estaba haciendo lo mismo que yo, y no puede usar más las piernas. Y mi profesora no quiere dar más clases, y era mi profesora... Era el lugar que nos hacía sentir tan cómodos que estar a 10 metros de altura era fácil. Estábamos en confianza. Pasé mucho tiempo yendo ahí y de repente todo se rompió... De repente ella se siente muy mal porque era su alumna y se cayó. Se cayó su alumna. De repente alguien no puede caminar más. No puede. Las piernas... Las piernas.
Las fuerzas para seguir subiendo las saqué de lo mucho que amo hacer lo que hago. De lo bien que me hace sentir la tela cuando me sale algo. De lo increíble que es notar que avanzaste. De lo difícil que es y del sentimiento de poder lograrlo. De rodar por el aire.
Aún así costó mucho. En algunas clases me agarra ese miedo paralizante de nuevo y esas ganas incontrolables de llorar. A veces te inunda el pensamiento tonto de creer que al seguirlo haciendo estás tentando a que pase, porque ya viste, ya viste lo que puede pasar, y lo seguís haciendo igual. Querés que pase? Pero no. No va a pasar. Fue un accidente que terminó horrible.
Y algún día... Algún día todo va a estar bien. Perseverancia es lo que me enseñó la tela.

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