martes, 13 de abril de 2010

Ode to my family

A veces no entiendo cómo mi mente sobrevivió. Cuando me pongo a pensar en las cosas que sé, en cómo pienso y cómo actúo, juro que creo que mis valores los obtuve de Chiquititas, Sailor moon y Dragon ball. De la televisión aprendí, esos programas me criaron. Por un lado tenía el mundo color de rosas de la tele, y por el otro la negatividad de mi casa. Mientras los dibujitos me enseñaban que podía, que todo era posible si querías, mi mamá me enseñaba que nunca iba a poder, que yo no valía nada. Así crecí, mientras la seguí escuchando era muy notoria la lucha en mi cabeza de esas dos fuerzas, la que me quería a mí misma y la que no. Después de irme de su casa, la ganadora de la lucha comenzó a ser la fuerza que me decía que podía, aunque sé que aún quedan secuelas de la otra. Es gracioso decir que me crió la televisión...
Haberme ido de su casa fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Durante mucho tiempo, me sentí culpable de haberla lastimado, sé que le hice muy mal. Siempre tuve miedo de que le pase algo, y la culpable de ese algo sea yo. Me repetía a mí misma que lo estaba haciendo por el bien de las dos, ella también iba a estar mejor así. Pero su proceso era muy largo, y podía no resultar... Ahora agradezco que todo haya salido bien, que ella esté bien. Me calma el saber que podría haber tomado una decisión más egoísta, más cobarde, y no lo hice. Elegí el camino que más díficil era para mí, y mejor para los demás.
A veces su respuesta ante situaciones todavía me afecta, no me sorprende, pero algo genera. En esos momentos creo que me transporto hacía cuando era chiquita y buscaba su refugio. Eso me mata adentro. El saber que lo tengo que hacer, que la necesito, que la tengo que llamar para que me cuide, me hace llorar. No quiero hacerlo. No creo que sea miedo a que sus respuestas salgan del instinto maternal más amable del mundo, eso también me haría llorar y me asusta mucho. Tampoco es miedo a que tal vez actúe como siempre y no le salga nada de mamá. Creo que es por mi orgullo no más.
Sé que no tengo familia porque no quiero tenerla. Porque no los perdono. Porque es tarde para adjudicarle una responsabilidad a alguien a quien no le pertenece. No tengo 10 años. Si no me cuida quien me tiene que cuidar, me cuido yo. No soy responsabilidad de nadie. Claro que siempre necesito algo de ayuda. Antes me rehusaba completamente a aceptarla. Yo daba todo por ayudar a los demás, pero no quería recibir nada de nadie. No sentía ser merecedora de nada, no entendía cómo querían darme algo a mí. Después aprendí a aceptarla, a entender por qué lo hacían, a ver que era el mismo motivo que el mío al ayudar a alguien.
De todas formas no es todo tan malo. Por lo menos tuve las figuras de un papá, de una mamá, de una abuela y un abuelo, de una tía y un tío, de primos, de hermana. Aunque no me haya sentido nunca acompañada, estaban las figuras, que si no hubieran estado seguramente mi cabeza estaría más jodida que ahora.
Nótese que en vez de decir 'no me acompañaron' dije 'no me sentí acompañada'. No quiero echarle la culpa a nadie, no soportaría hacerle mal a alguien.

We're the song that's outta tune,
full of beautiful mistakes.

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